Ya está. Arrancó el mundial. La ansiedad empieza a desaparecer para darle lugar a los nervios directamente. Sudáfrica es una fiesta. Caminar cerca del estadio inaugural hace que uno se emocione, que no pueda controlarse demasiado ante tanta gente que le pasa al lado y tanto idioma diferente que se habla acá y allá.
Estar acá garpa. Son los momentos en lo que uno agradece ser periodista y haber tenido la suerte de ser tenido en cuenta para ocasiones como esta. Las pulsaciones van a mil porque ya está Sudáfrica-México; así que no hace falta mucha imaginación para verse mañana en la previa de Argentina ante Nigeria.
Pasan un par de hinchas de River sin tickets para el partido de hoy, si para el de mañana, pero igual se la juegan a que alguna chance de entrar vamos a tener. Les cuento que en Buenos Aires cubro el día a día de la información de River y preguntan ansiosos por los refuerzos. Las noticias no los vuelve locos, obvio…
Pero acá estamos. Sudáfrica es una fiesta. Un crisol de razas, idiomas y costumbres. Mañana juega Argentina. Los nervios le ganan a todo. Estar acá es tremendo. Mascherano, Demichelis, e Higuain representan a River. Algo es algo. Aunque a veces algunos recuerdos no te dan ánimo, sino todo lo contrario.
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